Nube de iconos desconocidos
Nube de iconos desconocidos

Nube de iconos desconocidos

Precio habitual
$150.00
Precio de venta
$150.00
Precio habitual
Agotado
Precio unitario
por 

Gouche y pan de oro sobre tablas de madera de tilo y abedul

Pequeño: 6 x 9 pulgadas.

Med- 9 x 12 pulgadas.

Grande: 12 x 16 pulgadas.

XXL- 24 x 30 pulgadas.

El libro, que lleva el nombre de una obra anónima de misticismo cristiano escrita en el siglo XIV, aconseja a los jóvenes estudiantes no buscar a Dios a través del conocimiento y la inteligencia, sino a través de la contemplación motivada por el amor y la experiencia. Al admitir que Dios está envuelto en misterio y poner todo pensamiento bajo una “nube de olvido”, estaremos más cerca de Dios a través del corazón.

Esto no quiere decir que no estemos llenos del potencial del conocimiento, pero el conocimiento sólo nos llevará hasta cierto punto a estar presentes. Se trata de tener un silencio interior acerca de nuestras convicciones, nuestros diversos movimientos, nuestras tradiciones heredadas, nuestras ideas favoritas, que nos abre a los patrones de trabajo, conocimiento y experiencia que no habríamos visto en los demás o en nosotros mismos.

La nube del icono desconocido comenzó como un icono de Cristo el Pantocrátor. El icono estaba terminado, pero no estaba contento con el resultado y lo dejé en un estante. Después de encontrar el icono dos años más tarde, decidí cubrirlo con pan de oro para usarlo en otro icono, solo para descubrir que el rostro de Cristo todavía era débilmente visible a través de él, pero desde la distancia simplemente parecía una tabla simple cubierta con pan de oro.

El año pasado, cuando lo puse en exposición, disfruté de quedarme atrás y observar a la gente que pasaba por allí una y otra vez, y luego observar a las pocas personas que, viéndolo desde lejos, sintieron curiosidad y lo miraron más de cerca. Admito que no siempre sé lo que estoy viendo en la persona de Jesús, o al considerar a Dios y al Espíritu Santo. Admito que a veces no sé lo que estoy viendo cuando me miro a mí mismo. Sin embargo, este es el misterio que se esconde en el corazón de ser artista. Si dejamos que nuestro trabajo fluya, puede convertirse en algo en lo que nunca hubiéramos pensado. Estoy agradecido por la amistad y los pensamientos de Jane Gerdsen y Karl Stevens al darle nombre a este icono.