
Impresión firmada de 8 x 11 pulgadas
“Mi misión es amar, no tengo tiempo para derribar a los demás”
Irmã Dulce Pontes fue una hermana franciscana católica brasileña. En 1949, comenzó a cuidar a los más pobres de entre los pobres en el gallinero de su convento en Salvador, Bahía, Brasil. Hoy, más de 3.000 personas llegan todos los días a ese mismo lugar.
La represento aquí tocando el acordeón. Se dice que solía tocar en las calles, haciendo música callejera, recaudando todo el dinero que podía para destinarlo a la misión del convento que cuidaba a los pobres.